El lenguaje de la violencia
- Interlatencias
- 20 ago 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 2 sept 2022
Opinión Interlatente de Berenice Méndez

En lo más profundo del invierno aprendí que había en mí un invencible verano.
-Albert Camus
Fue durante un seminario de literatura escrita por mujeres donde escuché por primera vez el nombre de Liliana Rivera Garza. En una sesión dedicada a las víctimas en las novelas policiacas, la escritora Cristina Rivera Garza nos quitó la venda de los ojos sobre un tema que normalmente pasa por las sombras para los lectores asiduos al género: la mayor parte de las víctimas de estas historias son mujeres. Ese simple hecho fue un golpe de cabeza sobre la influencia del patriarcado en las venas culturales que no solo aplican para este género literario, sino para cualquiera donde se tenga también la presencia del amor romántico. Uno de los tantos golpes de cabeza que me llevarían a leer El invencible verano de Liliana.
-Escucharlas-
Cristina Rivera Garza hace de este libro una plataforma para conocer a Liliana: sus gustos, pasiones, personalidad. La forma en la que nos introduce en la pluma de su hermana es la forma en la que conocemos las relaciones que mantiene con sus amigos, familiares y compañeros de la universidad. A manera de crónica y con una aparente coescritura con Liliana, el libro no sólo nos muestra parte de la vida de una chica, sino los sucesos violentos vividos en su noviazgo con Ángel González Ramos, y posteriores al fin de esta relación. Parafraseando a Rivera Garza, Liliana no tenía un lenguaje para comunicar la violencia vivida. El desglose de este libro no solo recae en las cartas y escritos de Liliana, sino que se vea totalmente apoyado por otras voces que cuentan facetas y memorias compartidas con ella, esto aporta a los lectores la creación de una imagen que se reconstruye a diferentes voces concluyendo en una: la voz de Liliana.
-16 de julio de 1990-
La periodista y escritora Rachel Louise Snyder en su libro No visible bruises (Sin marcas visibles), describe una “Prueba de diagnóstico de peligro” para poder identificar situaciones violentas a través de varios focos rojos dentro de las relaciones amorosas. Rivera Garza utiliza este parámetro para marcar las situaciones de violencia en las que se encontraba su hermana. Con esta relación mi lectura se volvió aterradora: sentía temor por Liliana, por mis amigas, por mi hermana, por mí. La reflexión se volvió en memorias y tristeza. Tantas actitudes que se nos enseñan a tomar como cosas normales —celos, acoso, invasión a la privacidad— hasta algunas más extremas como son las amenazas de suicidio realizadas por el violentador para que la víctima no se aleje, son parte de un lenguaje de violencia con finales fatales. Sumado a esto, en el libro podemos encontrar otros estudios sobre violencia de género que ayudan a darnos una idea de lo grave que se ha vuelto esta problemática en nuestra sociedad.
El trabajo narrativo de Rivera Garza consiste, también, en denunciar el olvido sistemático e institucional a las víctimas, esto hablado desde que se narra la búsqueda del expediente de su hermana; los huecos legales que en muchos casos resultan beneficiosos para el feminicida y el juicio social que se emite sobre la víctima. Fueron acciones que repercutieron también en todos los allegados a Liliana. El libro no sólo puede leerse como un breviario y guía sobre violencia y su identificación, sino, como una obra que ejemplifica como dar el lugar a la víctima y a su caso, como escuchar esas voces que en su momento no fueron escuchadas y darles la importancia que se les debe. Este libro se vuelve una recomendación muy necesaria en las listas de libros por leer.
-Cultura patriarcal-
El pasado 7 de julio, Cristina Rivera Garza fue galardonada con el premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por El invencible verano de Liliana; sin embargo la ceremonia de premiación no estuvo absuelta de situaciones vergonzosas. Ante los comentarios del escritor Felipe Garrido, quien argumentaba que el asesino de la hermana de la escritora Rivera Garza era opacado debido a su poca interacción dentro de la narrativa de la historia tal como suele ocurrir en las novelas policiacas reconocidas. Me quedó claro que aún hay personas que no han comprendido aún sobre lo que busca contar obra de Rivera Garza.
En primer lugar, El invencible verano de Liliana no es una novela policiaca donde podemos ver el desarrollo de una mente criminal antepuesta a una mente detectivesca, personaje que en ningún momento figura en este libro. En segundo lugar, el objetivo de la escritora queda plasmado en el resumen de la contraportada de su primera edición donde comenta:
El invencible verano de Liliana es una excavación en la vida de una mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones patriarcales. Este libro es para celebrar su paso por la tierra y para decirle que, claro que sí, lo vamos a tirar. Al patriarcado lo vamos a tirar.
Desafortunadamente, este comentario emitido por el reconocido escritor Felipe Garrido, nos muestra que existe una gran falta reflexión y empatía sobre los temas de estudio de género en los ámbitos sociales y académicos.
El invencible verano de Liliana es una lectura que se torna obligatoria para nuestros días. También, permite la reflexión de la necesidad de reconocer las situaciones de violencia en diferentes ámbitos y nombrarlas como tal ante una cultura eufemística y evitativa. Nos deja en claro que sí existen formas de abordar esta problemática de género dando voz a las víctimas y a su caso.
Interlatencias Revista
agosto 2022
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