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Fascismo y Fantasía: La creación de un monstruo en El laberinto del fauno de Guillermo del Toro

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    Interlatencias
  • 16 mar 2023
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar 2024

Ensayo Interlatente por Arturo Gálvez
 

¿Cuál es el papel de un monstruo en la ficción? Podemos verlo como un simple obstáculo que el protagonista debe superar. Es la manifestación del miedo, de los peligros que acechan nuestra existencia. También puede ser una advertencia, un espejo que nos muestra lo peor, lo que escondemos, aquello capaz de aterrar a todos los que están a nuestro alrededor. Los peores monstruos caminan a plena luz del día, saludan y sonríen, nos miran con complacencia, nos desprecian. Una vez en sus garras solo se puede elegir entre la sumisión y la muerte.


Guillermo del Toro, en su película El laberinto del fauno (2006), dio vida a uno de estos monstruos. Su influencia afecta a todos los personajes. Es representado a través de distintas formas, una bestia con la apariencia de un hombre. Durante gran parte de la cinta lo conocemos como Vidal, un severo militar del ejército franquista, pero también podemos verlo a través de otros ojos como una horripilante criatura de otro mundo. Presidiendo un suntuoso banquete, en una mesa vacía, hay una figura famélica con la piel amarillenta colgándole de los brazos y de un rostro incompleto, un ser maligno con un hambre insaciable. Ambos personajes, a primera vista, no tienen nada que ver uno con el otro. El hombre pálido pertenece a un mundo de fantasía, mientras que el capitán Vidal pertenece al mundo humano, pero a pesar de las apariencias, los dos son uno mismo.

Esto es posible gracias a la naturaleza de la historia contada por del Toro, un relato que pertenece al género fantástico.



¿Qué es el género fantástico?

Comúnmente el termino fantasía y lo fantástico se usan de forma indiscriminada al momento de hablar de películas, libros o ficción en general. En realidad, no todos los relatos en los que encontremos elementos de fantasía pueden considerarse estrictamente fantásticos. En el libro Introducción a la literatura fantástica, podemos encontrar el motivo de por qué esta distinción es importante.


O bien el diablo es una ilusión, un ser imaginario, o bien existe realmente, como los demás seres, con la diferencia de que rara vez se lo encuentra. Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre. En cuanto se elige una de las dos respuestas, se deja el terreno de lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso. Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural. (Todorov, 1981, p.19)


La línea entre lo que es real y lo que no, nunca debe de quedar firmemente establecida en un relato para que lo podamos clasificar como fantástico. Un ejemplo de una historia que no entra en esta categoría es El señor de los anillos de Tolkien. En este mundo los personajes han aceptado que la magia existe, los monstruos son reales y esto jamás se pone en duda, por lo tanto, aquí estamos hablando de una historia que pertenece al género maravilloso. El universo de Tolkien ha sido un referente para las obras denominadas como alta fantasía por años. Por lo tanto, podemos considerarla como una obra de fantasía, pero que no pertenece al género fantástico.


Esto aplicará para cualquier relato en el que la fantasía no entre en conflicto con lo mundano: “lo fantástico siempre tiene como base la realidad, a la cual intenta desdibujar…” (Olvera, 2017, p.31).

Precisamente el conflicto entre fantasía y realidad es lo que podemos encontrar en el corazón de El laberinto del Fauno, razón por la cual era importante esclarecer el concepto de lo fantástico antes de comenzar a analizar la película y la forma en la que su monstruo funciona.



Fantasía y realidad en El laberinto del Fauno

La película está ambientada en la España de 1944, cinco años tras la instauración de la dictadura de Francisco Franco. Nuestra protagonista es Ofelia, una niña que junto con su madre ahora debe vivir en el campo para estar con su padrastro, el capitán Vidal, quien ha insistido en que Carmen, la madre de Ofelia, haga el viaje a pesar de su estado muy avanzado de embarazo.

Desde aquí ya podemos comenzar a ver el planteamiento sobre el villano de la historia. La figura de la madrastra malvada, en este caso el padrastro, es sumamente reconocible como un elemento recurrente de los cuentos de hadas. El capitán Vidal también sirve como modelo para que reconozcamos las aspiraciones y prácticas del régimen.


Ofelia es una ávida lectora de cuentos de hadas, a pesar de que su madre cree que ya está muy grande para ellos, incluso le lee uno a su hermano mientras aún está en el vientre. El conflicto comienza cuando la pequeña descubre las ruinas que se encuentran en el bosque, ahí se encuentra con un extraño insecto que la sigue hasta su habitación y toma una figura similar a la de una de las hadas de sus cuentos. La niña sigue al hada hasta lo más profundo del laberinto, de noche, donde conoce al fauno. La criatura le revela a Ofelia que es en realidad la reencarnación de una princesa y que, para regresar a su hogar, en el reino de la fantasía, debe superar tres pruebas.


A partir de aquí la película seguirá dos líneas argumentales, la historia de Ofelia que trata de cumplir su destino en el mundo de la fantasía y la historia de Mercedes, una sirvienta de la casa, que se encuentra ayudando en secreto a los guerrilleros mientras son perseguidos por Vidal. Estas dos líneas están íntimamente entrelazadas, pero en ningún momento se estorban. El limite entre la realidad y la fantasía permanece ambiguo hasta el final, dando pie a múltiples interpretaciones sobre todos los elementos de la película.


Por ejemplo, Labrador (2011) en su análisis de la cinta destaca el siguiente diálogo en el que Ofelia lee, en el libro que el Fauno le ha dado, los detalles sobre la primera prueba:

Al principio de los tiempos, cuando el bosque era joven, vivían en armonía los animales, los hombres y las criaturas mágicas. Se protegían los unos a los otros, y dormían juntos bajo la sombra de un frondoso árbol que crece en la colina cerca del molino. Ahora el árbol se muere, sus ramas están secas, su tronco viejo y torcido. Debajo de sus raíces ha anidado un enorme sapo que no le deja sanar. Habrás de meter tres piedras de ámbar mágicas en su boca y recuperar la llave dorada que oculta en su vientre. Solo así el árbol volverá a florecer.


La autora ve este diálogo como una versión fantástica de la realidad que viven los personajes en la España de la postguerra. El sapo es Franco, pero también es Vidal, quien no es más que una extensión de su voluntad. Es el hombre que sueña con “una España limpia y nueva”. Esta es la primera vez en la que el monstruo es presentado en el mundo mágico, pero es en la segunda prueba de Ofelia donde podemos verlo en su forma más grotesca y horripilante.



El hombre pálido

Los paralelismos entre el capitán Vidal y el hombre pálido nos dan un esquema completo sobre el personaje.

El monstruo se encuentra sentado a la cabecera de una mesa llena de comida, en otra escena Vidal se encuentra sentado en la misma posición en una cena organizada para su sequito. A Ofelia se le dice que no debe tomar ningún alimento de la mesa del hombre pálido, mientras que Vidal mantiene en su poder la llave del almacén donde se guarda toda la comida. Es importante recalcar que en este momento España está pasando por un duro periodo de hambruna y la gente del campo debe recurrir al ejército bajo estricta vigilancia para recibir suministros.


El hombre pálido estrictamente no tiene rostro, carece de emociones, de empatía. Sus ojos están en sus manos, Labrador (2011) interpreta esto como una representación de la maldad que no ve y no piensa, que solo actúa para ejercer actos de violencia. A mi parecer, los ojos en las manos también simbolizan la avaricia de la criatura, que desea atrapar y consumir todo lo que ve.


En el detrás de cámaras de la película, del Toro menciona que originalmente el diseño del hombre pálido era prácticamente el de un anciano, antes de que decidieran removerle el rostro. Esto junto con las imágenes en las paredes de su guarida, donde se le ve devorando a otros niños ha llevado a múltiples comparaciones entre el diseño de la criatura y el cuadro de Goya, Saturno devorando a su hijo. Esta observación no carece de fundamentos, Calvo (2018) relaciona la pintura con la historia de España de la siguiente manera: “Quizás Saturno represente al monarca Fernando VII devorando a su pueblo, o quizás sea el pueblo devorándose a sí mismo, su futuro”.


Esta imagen del gobierno destruyendo a su pueblo encaja bastante con el régimen de Franco. Además, Saturno, o Cronos, es el dios del tiempo y curiosamente el capitán Vidal está obsesionado con el tiempo, con la puntualidad y con el reloj que recibió de su padre. Uno de los soldados narra la historia del reloj en el siguiente diálogo:


"Los hombres de la tropa decían, que cuando el general Vidal murió en el campo de batalla, estrelló su reloj contra el suelo para que mostrara la hora exacta de su muerte, para que su hijo supiera cómo muere un valiente."

"Cuando al capitán le preguntan sobre esta historia en público él dice que son habladurías, pero a lo largo de la película podemos verlo llevando siempre el reloj roto, constantemente lo limpia y en plena batalla lo mira antes de lanzarse al peligro."


La historia de Cronos es la de un padre que decide asesinar a sus hijos para evitar ser derrocado, pues él mismo acabó con su propio padre y desea perpetuar su reinado. A su vez, el capitán Vidal desea tener un hijo, pero solo para éste continúe con su legado, tal y como él busca alcanzar el ideal representado por su padre, el General Vidal. Más que tener un hijo que sea un nuevo individuo, Vidal desea perpetuarse a sí mismo igual que el dios del tiempo.



La muerte de una fantasía

Constantemente se pone en duda si los acontecimientos sobrenaturales vividos por Ofelia son reales o no. Del Toro menciona en una entrevista que el mundo imaginario puede ser más real que algunas cosas que los adultos toman como reales.

Es fascinante observar la película desde esta perspectiva, porque, aunque el hombre pálido quizás no sea real el capitán Vidal sí lo es, y él también, en cierto modo, vive en su propia fantasía. Antes del nacimiento de su hijo el capitán estaba convencido de que sería un varón, a pesar de que no había forma de saberlo. Estaba convencido porque en su mente no había otra posibilidad de cumplir su sueño de perpetuidad. El propio mundo por el que Vidal lucha y mata, una España limpia y nueva, donde todos obedezcan y respeten su autoridad es una fantasía.


Carmen decide ponerse en peligro para ayudar a su hermano y a los rebeldes, el doctor Ferreiro, el médico de la casa, se niega a dejar que un hombre sufra una tortura inhumana a costa de su propia vida y Ofelia decide intentar salvar a su hermano a pesar de las órdenes del Fauno, “fallando” la tercera prueba que requería un sacrificio de sangre inocente. Porque siempre habrá actos de desobediencia, constantemente los personajes emprenden actos de rebeldía no de manera egoísta, sino por el bien ajeno.


Al final, el capitán ve el objeto de sus aspiraciones en peligro cuando Ofelia se lleva a su hermano, y como siempre lo ha hecho, recurre a la violencia. Este evento no destruye la fantasía de Ofelia, la trasciende más allá de la muerte. Por otro lado, cuando Vidal se encuentra rodeado por sus enemigos, incluso tras tener que entregarle el niño a Carmen saca su reloj e intenta cumplir su propósito:

— Vidal: Decidle a mi hijo…decidle a qué hora murió su padre…decidle que yo…

— Carmen: No, ni siquiera sabrá tu nombre.


Con estas últimas palabras Carmen destruye el relato en el que Vidal pretendía inmortalizarse. Ahora recibirá el mismo trato que le daba a sus enemigos, la muerte y el olvido. Una tumba sin nombre para un hombre sin rostro.



 

Referencias:

Calvo, Miguel Santos, (2018) Saturno devorando a su hijo, La más negra de las pinturas negras, en Historia-Arte: https://historia-arte.com/obras/saturno-devorando-hijo

Labrador, Julia María (2011), “La maldad genera cuentos de hadas: análisis de la película de Guillermo del Toro El laberinto del fauno” en Arbor, vol. 187 – 748, marzo-abril.

Nerdwriter (2015), Pan´s Labyrinth: Disobidient Fairy Tale, [ video ensayo]: https://www.youtube.com/watch?v=xbZNkMn3PvQ

Olvera, Jorge Vázquez, (2017) Aquelarre en los bosques narrativos. México: UNAM

Todorov, Tzevan (1981), Introducción a la literatura fantástica, México: editorial Premia


 

Interlatencias Revista

marzo 2023


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