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Madeinusa: muerte, sangre y salvación

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    Interlatencias
  • 22 ago 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar 2024

Crítica Interlatente de Arianne Ramírez
 


En la lóbrega iglesia se levanta el velo que cubre los ojos de Dios. El tiempo santo termina. Se abre ante el santo de piedra la tierra regada con la sangre de hombres y vírgenes morenas. Madeinusa, es una obra de la directora Claudia Llosa que adivina la compleja y brutal vida de los pueblos periféricos de Perú y Latinoamérica, es una de las entregas cinematográfica mejor logradas y es en este texto donde se presentará un análisis de los aspectos más importantes de su producción: espacios, simbolismo y género.


La historia comienza en el imaginario Manayaykuna, que sobrevive a las orillas de los Andes, regado de un catolicismo que no echó sus raíces ortodoxas. Se trata de un pueblo aislado de comunicación y comercio posibles con las ciudades peruanas, además de ser un pueblo apartado y un paraje rodeado de montañas es también escena de tradiciones menos imaginadas, cómo el tiempo santo, una costumbre que señala la muerte de Dios de las 3:00 p.m. del viernes santo a las 6:00 a.m. del domingo de resurrección. En el tiempo santo de Dios de cubren en la iglesia y los pobladores de Manayaykuna son libres de hacer cuanto gusten sin miedo a pecar. La lontananza de Manayakuna y la vida que en él se desenvuelve lo sacan del mundo y hermanan con los perdidos pueblos de Rulfo o García Marquez. En este sentido puede comenzar a visualizarse el espacio de Madeinusa como un factor importante en la composición dramática de la historia, ya que su aislamiento y formas de vida dan un sentido de desolación y pérdida. Aspectos más concretos de la configuración de los espacios en la película nos encaminan a la misma sensación por medio de la presentación de las gastadas paredes del pueblo, la oscuridad en la mayoría de las escenas y los sómeros diálogos de sus personajes.


Pasemos a los siguientes puntos. En Manayaykuna vive la joven Madeinusa quien pasa los días en compañía de su padre y hermana, la madre de la muchacha es mencionada como una mujer ausente que viajó a Lima hace años para nunca volver. En el pueblo de Madeinusa se acercan las celebraciones de Semana Santa y con ella el peculiar tiempo santo. La comunidad de este andino Macondo dará concreción a los deseados pecados de los lugareños en medio de la vorágine de los días santos. Madeinusa ha sido nombrada la virgen más bella del lugar y por ello lucirá los trajes y oficios de la virgen en las celebraciones santas; sabedor del tiempo santo y sus libertades el padre de la doncella busca unirse a ella. Los acercamientos de padre a hija llenarán al film de una punzante tensión que en conjunción con el abandono mundano de Manayaykuna hace de Madeinusa un espíritu perdido que sueña con la vida más allá de los parajes que encierran los monstruosos brazos de la cordillera andina. El nombre de la protagonista podría ser un guiño lúdico para el espectador, pues se sabe que Made in usa es la leyenda presentada en los productos fabricados en Estados Unidos; y el desconocimiento de esto por la población de Manayaykuna es tanto signo de su lejanía e ignorancia que podría causar en el espectador asombro, extrañeza e incluso risa. Sin embargo, ¿se trata de un film risible? En absoluto, no, ya que los abusos de los que Madeinusa es víctima dan la amargura suficiente a la obra para entender que se trata de una entrega brutalmente realista y seria.


Para continuar con los simbolismos de Madeinusa diremos que irrumpirá en escena Salvador, un joven limeño que llega por extrañas circunstancias a Manayaykuna, acaecidas en un viaje que realizaba por la región. No pasa mucho después de su llegada para que Salvador y Madeinusa entablen relaciones. Es en este punto que el joven citadino se convertirá en un resabio de mundo y salvación inadvertida para Madeinusa, pues él muestra una fisonomía diferente de los lugareños y la promesa de alcanzar la soñada Lima.


La última escena de la película nos muestra a Madeinusa en un camión con destino a Lima, se percibe a una joven más feliz y con la mirada en la vida que en Lima le espera. Made es por fin libre y es la muerte de un salvador lo que la ha redimido su abandono y perdición. Tan similar a las creencias que dieron inicio la semana santa, en Manayaykuna ha existido un salvador que paga con su muerte la vida y redención de otro. Madeinusa, entonces, es una película emocionante y demoledora que no sólo ofrece una historia dramática, sino también una serie de simbolismos que comentan su sentido.


 

Interlatencias Revista

agosto 2022



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