Ya no estoy aquí, y no volveré a estarlo.
- Interlatencias
- 29 dic 2021
- 3 Min. de lectura
Por: Abraham Arellano

Toda persona se ha preguntado qué sería de sí mismo si se despidiese de su identidad, de perder esos rasgos característicos que nos difieren de los millones de personas que habitamos “libremente” este mundo, y si no es así, creo que deberíamos plantearnos esto al ver Ya no estoy aquí (2019), una de las más recientes producciones de Netflix.
El viaje comienza con la huida de Ulises hacia Estados Unidos, lo que será el inicio de una odisea introspectiva que nos llevará de la mano junto con la nostalgia, la melancolía y los ritmos kolombianos que inundan de recuerdos a nuestro agobiado y cada vez más lúgubre paisano.
Más que una película con tintes políticos o de un retrato de un Monterrey asediado por el narcotráfico, -las cuales han sido interpretaciones del público, no por esto menos válidas-, la película de Fernando Frías de la Parra habla sobre la identidad y la pérdida de la misma. Si bien, esto se matiza con escenas que muestran sutilmente los problemas que aquejan al norte del país desde hace ya largo tiempo (véase las escenas con mensajes de gobierno transmitidos por la radio y la intromisión de cárteles a la región), es cuando conocemos quién es Ulises donde todo atrapa y brilla por luz propia.
Lo que hace peculiar a la cinta es que su visión de cruzar “al otro lado” no es con la promesa de buscar el tan anhelado y romantizado Sueño americano; aquí el escapar hacia nuestro país vecino es más un último recurso para no convertirse en una cifra dentro de la estadística de muerte debido al crimen organizado, la inseguridad y la vulnerabilidad de las minorías, a raíz de un ineficiente e inepto sistema de gobierno, el cual relega los problemas que atañen a la vida cotidiana a simples dilemas sumidos en el olvido, esto traduciéndose al lenguaje de la cámara en una de las escenas de apertura: un Monterrey bien iluminado en contraste con los barrios oscuros que asemejan a las favelas cariocas.
Es en Queens cuando comienza su verdadero viaje, donde poco a poco y gracias a sus recuerdos, rememora la razón por la cual se encuentra en ese inhóspito lugar donde la comunicación no es una opción y sólo se tiene a él contra el mundo.
“De recuerdos vive el hombre” es una frase que tiene un gran peso y protagonismo, siendo este uno de los factores detonantes de su ocaso, porque más que un autodescubrimiento, Ulises ve las llamas de su felicidad e identidad desvanecerse para convertirse en cenizas de lo que un día fue suyo y que, sin embargo, le ha sido arrebatado.
Otro factor interesante y fundamental son las cumbias rebajadas, siendo el mismo kolombiano de greña llamativa el que dice que la intención de este subgénero es que sea suave y dure más; aplazar el momento para que duren solo un poco más esos minutos donde todo se evapora y lo único que importa es mantener el ritmo de los pasos para poder alejarse y perderse en sí mismo. Lo único que buscan él y sus terkos es convertir los segundos en años y los minutos en sus pequeñas eternidades con fecha de claudicación.
Con un regreso triste a sus raíces, la cinta cierra con un aire melancólico y crudo. Nada es como antes. Personas van y vienen, éstas cambian, ya sea para bien o para mal, las cumbias rebajadas están por extinguirse y lo único que queda es disfrutar esos últimos compases afligidos que nos regala Octubre 82, con su nostálgica Quiero decirte hoy. Lo único que nos queda es bailar hasta que la batería se acabe y nos deje alienados y expuestos a los ritmos ajetreados y caóticos de una urbe tan inhóspita como lo fue Nueva York o quizá aún peor, y que para nada son los bongós melódicos de escape furtivo. Aquí la barrera del lenguaje no es una excusa, aquí es una simple y lastimosa indiferencia.
Ver Ya no estoy aquí es imaginar encontrarte ahí, indefenso ante un lugar que no conoces. Las calles ya no son las mismas, ha cambiado el camino del laberinto con recubrimientos de concreto frío que una vez fue un hogar, y hoy se resume a un esbozo de un tiempo lejano. Para atrás ni para coger impulso, porque ésa nunca ha sido una opción.
Ya no estás aquí, y no volverás a estarlo...
Interlatencias Revista
Diciembre 2021
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