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Yo no soy guapo

  • Foto del escritor: Interlatencias
    Interlatencias
  • 15 ago 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 13 ene 2021

agosto 2020


“Soñar un sueño profundo

Donde mire al mundo

Con amor de cumbia”

Cumbia de la paz (1999)

Chico Cervantes




Desde la pantalla oscura suena la música. Con esto, los bajos del ritmo y el retrato una de las subculturas de la Ciudad de México rodeada en una atmósfera conflictiva se asoma entre la preservación de las tradiciones y el aumento de violencia de aqueja la zona en su desarrollo. Situada en los barrios aledaños de Tepito “Yo no soy guapo”, la ópera prima documental de Joyce García nos permite conocer el entorno de los personajes que deambulan por las calles del centro de la ciudad reviviendo el disfrute que genera el baile.


"Yo no soy guapo" principalmente, comparte con cariño la inclusividad que genera la música, a sus protagonistas Lupita “la Cigarrita” y Ricardo Mendoza “El duende”, quienes presumen con orgullo los antiguos métodos para descubrir los éxitos que en el tiempo del esplendor sonidero aún no llegaban a México, y por los que el mismo obtuvo su fama. La obra documental cita a varios grupos como Proyección Latina o Sonido La Changa y rescata los antecedentes de la primera mujer sonidera: “La socia”, reviviendo los recuerdos de la olvidada juventud de su gremio y a la vez generando un sentido de identidad y apoyo en las implicaciones artísticas para desenvolver esta historia pluricultural.




Además de exponer la naturalidad del baile, “Yo no soy guapo” muestra cómo se han visto perjudicados los sonideros por el movimiento de actividades ilícitas que abundan en la ciudad. También funge como un reflejo sociopolítico sobre el atentado al folklore de la zona, lo cual ha desencadenado una lucha por los espacios para los sonideros y su preservación bajo el lema: “Tepito es mío”. Lupita, logra apropiarse del desarrollo de la cinta y se desenvuelve con naturalidad en el entorno para documentar por medio de entrevistas a los personajes que forman parte de él.


Otra vertiente documentada es la de representar la libertad en la realización del baile. Sobre que este tipo de arte es inclusivo, por ello despierta su popularidad y apogeo en la sociedad, la cual se toma como un medio terapéutico y de convivencia lo que, de acuerdo con los protagonistas, no debe faltar para unificar una sociedad con un ámbito de pertenencia y libre de violencia.




La fotografía, en su defecto, describe claramente el sentido del documental: una mirada ansiosa en el intento de salvar la usanza de los barrios marginados, manejados en planos cerrados y en planos abiertos únicamente retratando a las multitudes.

La ópera prima de Joyce García "Yo no soy Guapo", nos enseña que siempre es necesario recordar a nuestros antepasados, incluso si se puede hacer bailando. Utilizando el arte del baile para incluir y no discriminar ni por clase social, condición física, identidad sexual ni género. Nos invita a unirnos a una comunidad que lucha por sus tradiciones y se encuentra en resistencia hasta no ver cumplidos sus ideales. Una comunidad que se identifica con las palabras de la Cumbia de la Paz y en dónde tratar de extinguirlos, es como extinguir la alegría de un pueblo.







Tráiler:




 

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