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“Z” (1969), de Costa-Gavras: La Revolución Fallida

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    Interlatencias
  • 25 nov 2022
  • 6 Min. de lectura
Ensayo Interlatente de Arturo Guzmán
 


El asesinato de un político opositor al régimen de un país que vive en supuesta democracia detona una investigación que traerá consigo grandes consecuencias, entre ellas, el aparente derrocamiento del régimen militar que gobierna con mano dura a la nación.


“Todo parecido con hechos reales y personas muertas no es casual. Es voluntario”.


Con ese texto inscrito en los créditos iniciales es como da comienzo “Z”, la tercera película del director griego Costas Gravas, conocido por su compromiso con el cine de carácter político y de sumo contenido de crítica social; sin embargo, para comprender la importancia de esta cinta, no sólo basta con verla, sino dar un recorrido por el contexto mismo bajo el que fue creada.


Siendo los 60’s la que probablemente fuera una de las décadas más turbulentas del siglo XX después del final de la Segunda Guerra Mundial —sino la más—, es imposible no asombrarse ante la agitación social que se vivía en ese tiempo.

Se llevaron a cabo revoluciones por todos lados y de todo tipo; ideológicas, sociales y claro, culturales, desde el continente africano, que continuaba con sus movimientos de independencia de las viejas potencias, hasta protestas en América, Europa y Asia; estaban en contra de regímenes fascistas que llegaban a través de golpes de Estado, a las políticas imperialistas, a la falta de conciencia de clase, a favor de mejores condiciones laborales y otros se hallaban peleando por el respeto de los derechos civiles.


Con lo anterior sucediendo, era inevitable que una idea como “Z” se llevara a cabo, sobre todo teniendo en cuenta el evento que dio origen al libro escrito por Vasilis Vasilicós que más tarde serviría de inspiración para Gravas y su co-escritor, Jorge Semprún, para comenzar el guion, y ese evento es el asesinato del político pacifista griego, Grigoris Lambrakis, en 1963.


En 1966 se estrenaría “The Battle of Algiers”, dirigida por Gillo Pontecorvo, que retrata un pasaje que ocurrió durante la Guerra de Independencia de Argelia, y al contrario que otras cintas de corte europeo, esta parecía más rudimentaria; grabada en exteriores, con un tono periodístico-documental y en su mayoría con un elenco de actores no profesionales, además de tratar temas que distaban de otras corrientes del viejo continente. Problemáticas sociales, que tenían que ver con violencia, corrupción, colonialismo, identidad, tiranía —pero sobre todo— revolución. Estas serían algunas de las características que ayudarían a los cineastas argentinos Fernando Solanas y Octavio Getino a conceptualizar el término “Tercer Cine”, o Cine del Tercer Mundo.


Apareciendo por primera vez en la revista cubana, Tricontinental, en octubre de 1969, este movimiento hacía referencia a todo aquel cine —usualmente de bajo presupuesto— proveniente de Latinoamérica, África, entre otros lugares. Su manifiesto consistía en que, al igual y como se divide a los países de acuerdo a su poderío económico (véanse primer, segundo y tercer mundo), también el arte proveniente de estos podía serlo, en este caso, el cine.


Mientras la maquinaria capitalista de EE.UU es reconocida mayormente por su cine salido de Hollywood y que sirve a los fines imperialistas, los países europeos conformarían el llamado “Segundo Cine”, asociado a producciones de mayor caché, elitistas, centradas en lo estético y ajenas a la realidad, por lo que el último lugar —el Tercer Cine— aborda sin tapujos temas que los otros no se atreven a tocar.


Bajo esta categoría “Z” podría entrar, ya que a pesar de ser europea, el film no tiene las propiedades que describe ese cine, sino que es una cinta que incomoda; que por momentos se hace difícil de ver y que hizo enojar a varios gobiernos al momento de su salida, dado que su estreno fue prohibido en algunos países, no llegando a estos sino décadas después, como por ejemplo, España y Grecia.


Con esta obra, Costas Gravas aterriza los problemas sociales por los cuales había tenido que pasar Grecia desde la Segunda Guerra Mundial y que a día de hoy la mantienen en constante turbulencia, además de señalar el asesinato de Lambrakis y criticar al llamado “Régimen de los Coroneles”, que duró desde 1967 hasta 1974 y gobernaba con mano dura al país helénico.


A pesar de lo que pareciera, la película no es un “quién lo hizo”, puesto que desde temprano se da a entender quiénes están detrás del plan, sino más bien un “cómo se hizo”. Es una cinta que no solo funciona como drama policial, sino también como thriller debido a su carácter atemporal.


Desde el inicio hasta casi la mitad del filme, seguimos al político interpretado por Yves Montand, quien busca realizar un mitin pacífico para hacer un llamado a la población y generar conciencia en la misma, sin embargo, todo cambia después de su “accidente” — o mejor dicho— asesinato, ya que el enfoque se centra ahora en el juez a cargo del caso, interpretado por Jean-Louis Trintignant.


Durante el largometraje, Gravas deja ver la aversión que le tiene a la fuerza policial, dado que no es más que un títere al servicio del gobierno opresor, representándolos como un mero obstáculo para la verdad, y que se ríen desde su posición de poder, como cuando el jefe del departamento policiaco menciona que estos no interfieren en que la gente se reúna ni organice manifestaciones, puesto que ellos son “neutrales”.


“Z” se trata de la lucha de individuos contra el sistema; de la resistencia contra el puño fascista que aparenta dejar vivir a sus ciudadanos en libertad, pero que al mínimo de sospechas se encarga de amenazar, corromper, obstruir y quebrar los ideales de los civiles. Para ellos, nada de lo que hacen está mal, sino todo lo contrario, tratan de proteger los valores y costumbres de antaño, que en la actualidad están perdidos y corrompen a la sociedad.


Llegado un punto en la trama, el joven fotógrafo y periodista que ayuda a resolver el caso le menciona a la viuda del político que luego de que se supiera la verdad, se iniciaría una revolución, que esto “solo era el principio”. Al mismo tiempo, por la ventana de la habitación donde ellos se encuentran, se observa a lo lejos una turba enfurecida que carga pancartas y fotografías del difunto, gritando al unísono “desenmascaren a los asesinos” y “policía cómplice”, mientras otros manifestantes graban en el piso la letra Z, que en griego antiguo —según explica la propia película— significa “él vive”.

Esa escena y el propio final de esta historia pueden hacer parecer que es verdad, que todo va a cambiar para mejor, pero nada más lejano a la realidad. Se recaban los testimonios, los militares declaran y son encontrados culpables, empero, pocos de ellos llegan a pagar ante la justicia, puesto que el montaje final nos explica qué pasó con cada uno de los autores intelectuales del crimen; uno a uno fueron desapareciendo y muriendo en condiciones “extrañas”. Mismo caso de los activistas que pelearon por buscar la verdad; muerte por “suicidio”, exiliados, fallecidos en accidentes o encarcelados por mostrar evidencia presuntamente falsa.


El director muestra que, aunque quisiéramos, el mundo es distinto; es cruel, es desesperante y nos deja con un vacío en el estómago.


Nada cambió y un nuevo grupo militar tomó el control del país y comenzó una nueva época de prohibiciones; sin filosofía, sin ciencia, sin artes, sin libertad de expresión —sin nada—.


“Z” muestra la otra cara de las luchas sociales, de las ocasiones en que aun cuando todos los esfuerzos se llevan a cabo, nada cambia, y si lo hace, solo es para peor. Se encarga de exponer el precio de la libertad y de alzar la voz —pero más importante—“Z” es una historia sobre la rebelión que no fue, y solo terminó como empezó, continuando el ciclo interminable de odio y violencia, apagando así la llama de la revolución.

 

Referencias:


- Dodge, K. (s. f.). Third (World) Cinema: What is Third Cinema? Recuperado 30 de octubre de 2022, de https://thirdcinema.blueskylimit.com/thirdcinema.html - LeBlanc, J. (2018, noviembre 26). Third Cinema. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/art/Third-Cinema

- View of Third Cinema Theory: New Perspectives | Kinema: A Journal for Film and Audiovisual Media. (s. f.). Recuperado 30 de octubre de 2022, de https://openjournals.uwaterloo.ca/index.php/kinema/article/view/1202/1494

- What Is Third Cinema? The Definitive Guide. (2022, 25 septiembre). Filmmaking Lifestyle. https://filmlifestyle.com/what-is-third-cinema/

 

Arturo Guzmán. 22 años. Egresado de la Lic. en Comunicación. Editor de video y creador de contenido en YouTube interesado en temas relacionados a la cultura y arte, como fotografía, pintura, música, televisión y cine.

 

Interlatencias Revista

noviembre 2022







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